El tomillo procede de los países del Oeste del Mediterráneo, donde se da como arbusto enano sobre suelos pobres, arenosos y pedrosos.
No es fácil seguir la historia de esta planta. Se cree que su extensión por toda Europa se debe a los romanos. Su nombre en latín es Thymus, que indica a su capacidad reforzante y estimulante (en griego: valor y fuerza). Los legionarios romanos tomaban un baño en agua con tomillo antes de la batalla, para llenarse de valor y fuerza. Hoy en día un baño de tomillo es utilizado como estimulante por „amantes cansados“.
El tomillo ya fue usado como condimento por los griegos y los romanos. En el Egipto antiguo se utlizaba en el embalsamamiento. En la Edad Media en el Norte de Europa simbolizaba también valor y fuerza. En esta época fue muy estimado sobre todo en Inglaterra y en Francia, donde todavía hoy en día es una de las hierbas aromáticas preferidas. El tomillo también se usaba como incienso en los funerales y se ponía también en el ataúd con lo que se suponían asegurar un buen tránsito a la próxima vida.
Ya en la antigüedad se conocían las propiedades antisépticas de esta plantita pequeña pero resistente. El Tomillo obra como desinfectante, disolvente mucoso y como calmante de calambres, espasmos, convulsiones.
Hoy en día es utilizado sobre todo contra problemas bronquiales, astma, catarros y también contra infecciones de vejiga o riñones, así como para ayudar en problemas de digestión.
El té de tomillo se toma sobre todo en caso de tos, resfriado y dolor de garganta.
El aceite de tomillo es usado hoy en día como ingrediente frecuente en jarabes contra la tos y en medicamentos para curar heridas e infecciones, así como en la producción de pasta de dientes y aguas bucales, en baños y en compresas.
El tomillo tampoco puede faltar en la mayoría de los licores de hierbas más conocidos.
El tomillo es un condimento muy importante en muchas de las cocinas europeas. En la cocina francesa es un componente muy importante en el „bouquet garni“, además de en las hierbas de Provenza (Herbes de Provence). El tomillo, con su sabor un poco acerbo, se puede usar para casi todas las recetas, tanto sean de pescado, carne, verduras… Casi no hay plato que no gane sie se le pone un poco de tomillo. Sobre todo platos pesados para la digestión se hacen mejor digeribles si llevan tomillo.
El tomillo se lleva muy bien con el laurel, la nuez moscada, el romero y la salvia, ya que incluso refuerza el sabor propio de los otros condimentos y no es dominante.
El tomillo es imprescindible en todos los asados de carne de cerdo, cordero, oveja o cabra; en los embutidos, en estofados de selvajina, de aves, de ternera. El tomillo aromatiza platos de setas o platos con tomates, sopas de verduras, platos de lentejas o habas, salsas de hierbas, pescados y mariscos.
Para aprovechar bien del aroma del tomillo hay que cocinarlo con los otros ingredientes. El tomillo seco, que se compra en frasquitos, hay que usarlo con cuidado, ya que es tres veces más fuerte que el fresco.
El tomillo se da muy bien en suelos secos, pobres, arenosos y en lugares soleados. En suelos húmedos se da muy mal y pierde en aroma.
Tomillo lo hay de muchos tipos, por ejemplo de limón, de lavanda, de comino, etc., etc., la lista de aromas del tomillo es muy larga.
El tomillo se puede cosechar continuamente, pero un poco antes de que florezca es cuando más aroma tiene. Cuanto más cortos se dejen los brotes a la hora de cosechar, más lo agradecerá la planta, creciendo más voluminosa y aromática.
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