La albahaca procede probablemente de India, Irán y otras regiones tropicales de Asia, donde lleva siendo cultivada varios milenios. En India es cultivada y alabada como planta santa. Los griegos llegaron a conocer esta planta por medio de Alejandro Magno y le dieron el nombre de hierba del rei.
La albahaca es una planta aromática y se usa como condimento pero también es una planta que se usa en la medicina.
Como condimento es muy usada en la cocina mediterránea. Su especial aroma resalta muy bien sobre todo con el tomate, sea en crudo como ensalada o en salsas.
Las hojas de albahaca se usan preferentemente frescas, secas pierden casi todo su aroma y si se cocinan mucho tiempo también pierden su aroma, es mejor añadirlas al final de la cocción.
Hoy en día hay una gran variedad de plantas de albahaca de diferentes aromas.
Como planta medicinal, ayuda contra infecciones intestinales, gases, dolores de estómago, fiebre, gota, infecciones de vejiga, calmante de nervios, emicranias, molestias de menopausa, heridas, picaduras de insectos. Actúa antibacterialmente, como calmante (de nervios y de dolores), contra retenciones de agua, disolvente de mucosidad, depuradora del intestino y ayuda a aumentar el sentido libido (deseo sexual).
Una taza de infusión de albahaca después de cada comida ayudará a la digestión. Las hojas frescas y machacadas de esta planta quitan el picor que nos dejan las picaduras de mosquitos y además usadas como baño o compresa ayudan a curar heridas malas de curar. El aceite etéreo de albahaca (untado sobre la piel o en lámpara de aromas) ayuda contra insomnio y emicrania.