Cuando era niña vivimos unos años en La Coruña y siempre por Navidad había mejillones o almejas, langostinos o cigalas, esto siempre como entrante, y se seguía con besugo al horno, que era la especialidad de mi madre. Hasta el día de hoy no he comido mejor besugo que el suyo.
Recuerdo que mi padre se iba al mar a Cayón o a Baldayo a por los mejillones y alguna vez hasta podía traer algún percebe. Por aquel entonces aún no estaba prohibido ir a recoger algún mejillón para uso propio. Los precios sí que eran por aquel entonces como hoy, subían desorbitadamente por estas fechas (hablo de finales de los años 70) .
Estos mejillones los llamo a mi manera por que mezclo un poco los aromas de la cocina y de la tierra de mis padres con aromas franceses y quizás también italianos.
Preparados así son unos mejillones muy aromáticos y además muy sencillos de hacer. Tampoco pasa nada si no se tiene o no se quiere usar uno u otro ingrediente.
Ah! El señor de la pescadería nos dijo que estos mejillones venían del Noroeste del Atlántico y que fueron cogidos tradicionalmente, que no eran de acuicultura. Oído esto, estaba claro que estos mejillones se venían con nosotros.
Los ingredientes:
1 kg. de mejillones,
3-4 cucharadas de aceite de oliva,
1 cebolla,
3 -4 dientes de ajo,
1/2 hinojo,
5 cm. de puerro aprox.,
1 zanahoria,
1 Tomate, sin piel,
1/2 pimiento rojo o amarillo,
1 trocito de apio,
Guindilla, si se quiere y cuanto se quiera,
2 dl. de vino blanco, sie es un Albariño o un Ribeiro mejor,
4 -5 dl. caldo de pescado, de verduras o agua
Azafrán, romero, tomillo, estragon, sal y pimienta
Preparación
Cortar muy menudito la cebolla, el ajo, el hinojo, el puerro, la zanahoria, el tomate, el pimiento, el apio y la guindilla.
En una olla grande poner el aceite, calentarlo a baja temperatura y pochar todas las verduras anteriores. Añadir el vino blanco y dejar reducir. Agregar el romero, el tomillo (muy picaditos) y el azafrán. Revolver, echar el caldo o agua, subir la temperatura y dejar cocer unos 10 – 15 minutos. Salpimentar.
Cuando las verduras estén en su punto y se haya reducido el caldo a la mitad, se pueden añadir los mejillones. Se sacude un poco la olla para mezclar los mejillones con el caldo, se tapan y se dejan cocer un momento hasta que se abran.
Al final se esparce el estragón picadito por encima, se vuelve a darle una sacudadita a la olla para que se revuelva todo un poco y ya está.
Acompañado con un pan rico y un buen Albariño… qué más se puede pedir?
A Guete!