Polvorones

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Esta receta de polvorones es de Miriam, que escribe el blog El invitado de invierno. Para mi es uno de los mejores Blogs en español en estos momentos.

Miriam hace unas fotografías preciosas y tiene una manera de escribir muy simpática. Las recetas están muy bien escritas, claras, detalladas y con mucha información e historias. Me encanta.

Mis dos hombres de casa han dicho que eran los mejores polvorones de los que comieran hasta ahora.

Así que… Manos a la obra.

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Ingredientes

500 gr. de harina de repostería

250 gr. de manteca de cerdo a temperatura Ambiente

200 gr. de azúcar glas

120 gr. de almendra tostada y molida

1/2 cucharadita de canela molida

una pizca de sal

algo de sésamo para esparcir por encima o azúcar glas (yo=sésamo)

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Preparación

Primero se tuesta la harina en el horno a 180° durante 15 minutos aprox., revolviéndola de vez en cuando y controlando mucho que no se tueste de más. Cuando cambie un poquito nada más de color ya está. Se deja enfriar.

Ahora se tuestan las almendras a la misma temperatura 8 – 10 minutos, también teniendo cuidado de que no se oscurezcan mucho. Cuando enfríen se muelen.

Tamizar la harina y añadir la almendra molida, el azúcar glas, la manteca blanda, la canela y el sal.

Mezclar todo muy bien, pero sin amasar, hasta que se haga una bola homogénea. Se envuelve la masa en plástico de cocina y se deja reposar por lo menos media hora.

No me hizo falta poner harina encima de la mesa para extender la masa. Ni rodillo. Fui aplastando la masa con las manos hasta conseguir un espesor de 1,5 -2 cm.

Con un vasito o un aro de unos 4 -5 cm. ∅ se cortan los polvorones de la masa y se pasan a la bandeja del horno, en la que previamente se puso papel de hornear. Pincelar con un poquito de manteca de cerdo derretida los polvorones y esparcir un poco de sésamo por encima (esto, si se quiere, si no al final se espolvorean con azúcar glas).

Ahora se llevan al horno precalentado a 200° -210° y se dejan cocer unos 12 minutos. Al cabo de diez minutos hay que controlarlos seguido para que no se tuesten demasiado. Cuando los bordes (y el sésamo) empiezan a tostarse es el momento de quitarlos de horno y se dejan enfriar por completo.

Cuando estén bien fríos se pueden envolver en papelitos. Yo temía no poder manejarlos bien con mis dedos nerviosos y que se me deshicieran, así que los he puesto en una lata de galletas con tapa.

La verdad es que no duraron mucho dentro de la lata… Al día siguiente había unos cuantos aún y desaparecieron sin que nadie se diera cuenta. Por lo visto estaban más ricos que el día anterior…

Buen provecho!

Carne de ternera „Galloway“ estofada, puré de patatas con azafrán y broccoli con almendra laminada y tostada

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Para 4 personas

800 gr. de carne de ternera (en este caso de ternera de raza Galloway), troceada

Aceite de oliva o mantequilla para cocinar

1 cebolla cortada en 2

3 clavos clavados en la cebolla

1 hoja de laurel también clavada con los clavos a la cebolla

3 – 4 dientes de ajo enteros

1 zanahoria entera

1 trozo de puerro muy picadito

1 cucharadita aprox. de pimentón dulce

1 pizca de canela en polvo

1 trocito muy pequeño (1 cm.² de piel de naranja o limón)

sal y pimienta

½ -1  cucharada de harina

1 dl. de vino blanco o tinto

agua hasta cubrirlo todo

1 dl. aprox. de nata

1 kg. de patatas harinosas

2 dl. de leche caliente

50 gr. de mantequilla

azafrán, nuez moscada, pimienta y sal

1 broccoli

½ cebolla

2 clavos clavados en la cebolla

sal, pimienta, aceite o mantequilla

un puñado de almendras laminadas

En una cazuela grande poner aceite, calentarlo a fuego bastante alto ( mi cocina tiene del 1 al 10 y yo pongo al 8, aunque la temperatura depende también de la cazuela que se use,  de si guarda y reparte bien la temperatura o tiene el fondo más o menos grueso) añadir enseguida los trozos de carne y dorarla. Cuando esté casi ya bien dorada, añadir la cebolla con el laurel y los clavos, los ajos, la zanahoria, el puerro, el sal, la pimienta, el pimentón dulce, la canela en polvo y el trocito de piel de naranja o limón.

Darle unas vueltas a todo, bajar a temperatura media y espolvorear con la harina. Revolver y dejar tostar la harina un poco. Añadir el vino blanco y dejar evaporar hasta la mitad, revolviendo continuamente para que no se pegue al fondo la harina.

Cubrir con agua, dejar llegar al primer hervor y bajar la temperatura primero al 3, luego al 2 y hacia el final al 1  . Dejar cocer durante 1½ – 2 Horas aprox. (depende un poco de la calidad de la carne, si es más o menos tierna), revolviendo de vez en cuando y si hiciese falta añadiendo un poco de agua.

Para acabar, quitar la carne, la zanahoria, los ajos, la piel de naranja o limón y la cebolla para un plato, añadir la nata a la salsa y con el turbobatidor hacer una salsa fina. Dejar hervir un momento hasta que os guste la consistencia y volver a poner la carne (solo la carne)en la salsa. Dejar a temperatura mínima ( al 1). Y ya está listo, esperando a emplatar.

Media hora antes de que esté la carne poner las patatas a cocer. Si son grandes yo las corto en cuartos y las dejo cocer de 15 – a 20 minutos (o sea hasta que estén blandas).

En un cazo pequeño poner la leche con la mantequilla , sal, pimienta, nuez moscada y azafrán. Dejar hasta que hierva. Apartar del fuego.

En otro cazo poner las láminas de almendra así tal cual a dorar a temperatura media. Cuidado se queman muy rápido! Cuando estén doraditas apartar de fuego.

En otro cazo poner el aceite con la cebolla con clavos y dejar a fuego medio hasta que se dore la cebolla por abajo. Añadir agua caliente y los broccolis troceados. Salpimentar y dejar cocer durante unos 10 minutos , dependiendo de si os gusta la verdura aún algo durita o más hecha, entonces dejar unos 5 minutos más. Cuando esté la verdura a vuestro gusto, escurrirle el líquido y echarle un chorrito de un buen aceite de oliva virgen o un trozo de mantequilla. En el momento de servir esparcir la láminas de almendra por encima de los broccolis.

Mientras se cuecen los broccolis pasar las patatas por el pasapuré y luego añadir la leche con la mantequilla y las especias. Revolver fuertemente con una cuchara de madera, nunca con la batidora, quedaría una consistencia tipo chicle pegajoso.

Y ya está todo listo para emplatar.

Espero que os guste. Buen provecho!

Tarta de espinacas y ricotta

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Ingredientes para la masa y un molde de 24 cm Ø

200 gr. de harina

100 gr. de mantequilla, muy fría

1/2 – 1 dl. de vino blanco (o agua, o una yema de huevo)

1/2 cucharadita de sal

En un recipiente grande poner la harina y el sal. Revolver. Añadir la mantequilla cortada en taquitos. Con las manos frías „frotar“ la harina y la mantequilla hasta que quede granulada. Añadir el vino y amasar muy poco tiempo (cuanto más se amasa, más dura va a ser la masa al hornearla). La masa no va a quedar bonita como uno se imagina una masa de pan o otra; lo importante es conseguir una consistencia de masa lo antes posible. Dejar reposar envuelta en película de plástico durante media hora en la nevera.

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Ingredientes para el relleno

500 gr. de espinacas picadas, congeladas

200 – 250 gr. de ricotta u otro queso fresco que guste

1 cucharada de aceite de oliva

1 diente de ajo picado muy fino

Sal y pimienta

Queso parmigiano rallado

En una olla calentar el aceite a fuego medio, añadir el ajo picadito y antes de que se dore el ajo añadir las espinacas congeladas. Salpimentar y dejar cocer a temperatura media durante unos 10 -15 minutos. De vez en cuando revolver para que no se peguen las espinacas. Cuando se haya reducido el agua que crean las espinacas, añadir la ricotta, revolver bien y dejar aún unos 5 – 10 minutos, hasta que se convierta en una masa sin líquido.

Extender la masa y ponerla en un molde untado abundantemente con mantequilla y enharinado. Pinchar el fondo de la masa con un tenedor. Dejar el molde con la masa unos 10 minutos en la nevera.

A continuación echar las espinacas sobre la masa y espolvorear con queso parmigiano rallado. Llevar al horno precalentado a 220° y dejar por unos 30 minutos aproximadamente en el fondo del horno.

A nosotros esta tarta de espinacas nos gusta acompañarla con una ensalada de zanahorias crudas y cortadas muy finas (en juliana) que lleva manzana cortada también en juliana, un poco de mostaza, aceite de girasol, vinagre de vino blanco (o de manzana, o de Jerez), cebolla y perejil muy picaditos, 1 – 2 puntas de cuchillo de canela, sal y pimienta. 

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El otro día mi hijo quiso preparar una bebida fresca para tomar a la cena con la tarta de espinacas y se le ocurrió algo que estaba realmente muy rico y refrescante:

1 granada, 1/2 limón, 3/4 l. de té negro, 1 rama de menta, 2 – 3 cucharadas de azúcar y mucho hielo

Thomi hizo el té, le añadió una rama de menta y lo dejó reposar mientras desgranó la granada y esprimió el limón. Juntó todos los ingredientes (menos la menta) en un recipiente alto y trituró todo con la batidora, lo pasó por un colador y lo dejó enfriar.

Poco antes de servir le añadió muuucho hielo y cuando lo probamos nos gustó de tal manera que no nos llegó a nada y nos dejó la boca pidiendo más. La próxima vez tiene que hacer más cantidad, porque estaba rico, rico, rico.

Buen provecho!

Canela

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Azúcar, canela y arroz son un trío ideal. A casi todos los dulces le queda bien la canela; la canela le queda bien a las compotas de frutas, a las cremas, flanes, puddings, mermeladas, chocolate, café, té, batidos, helados, ensaladas de frutas, bizcochos, galletas, bonbones, caramelos, manzanas asadas en el horno, strudel de manzana, tartas de fruta (manzanas, peras, ciruelas, cerezas, etc.) y al arroz con leche.

Pero la canela queda muy bien también en las salsas para carne, sea carne de salvajina, de cordero, ternera, cerdo o aves. Aunque en Europa el uso de la canela es más frecuente en los dulces, en la cocina oriental la canela se usa ya desde siempre también en platos picantes y salados: con carne, verduras, así como en las mezclas de distintos currys.

En los dulces a la canela le gusta la compañia de los clavos y la vainilla. En lo picante o salado queda bien al lado de la nuez moscada, la guindilla o chili, la pimienta y el cardamomo. En cambio, la canela es difícil de combinar con hierbas aromáticas, solo acepta el perejil a su lado.

La canela molida pierde su aroma muy rápido, mientras que la canela en rama, bien guardada (en bolsita plástica, lugar seco y oscuro), se puede conservar hasta 3 años.

Historia, fábulas, cuentos, economía y salud

La canela es una de las especias más antiguas del mundo. Era usada ya en el año 3000 a. C. en China. El comercio con la canela ya debió de empecezar por el 1600 a. C. –en los tiempos de David y Salomón- Por aquel entonces ya era usada en las mezclas aromáticas de los fumigantes en las ceremonias rituales a los dioses de Judea.

El famoso médico de la antigüedad Hipócrates, sacó a la luz las propiedades medicinales de la canela; el filósofo griego Teofrasto alababa la canela como condimento delicioso, sobre todo mezclada en el vino. El emperador romano Vespasiano le ofrecía a los dioses coronas de canela en rama bañadas en oro. En esta época, la canela disfrutaba ya de una presencia importante en las comidas opulentas en las mesas de la gente rica, y también como medicina y perfume.

Los árabes contaban muchos cuentos y fábulas sobre la proveniencia de la canela, queriendo así proteger su comercio. Heródoto (482-424 a. C.) contaba que la canela nacía en el fondo de un lago, pero que no sabía exactamente en cuál. Los árabes sostenían que no sabían de dónde venía la canela. Otro cuento que contaban los comerciantes árabes, decía que la canela la encontraban en los nidos de los pájaros de canela y que para conseguirla tenían que luchar contra ellos con arco y flechas.

Se sabe que la canela llegó a Europa Central en el siglo 9 d. C. Por su precio alto se usaba sólo en las cocinas de los más ricos y poderosos. Lo demuestra la historia que cuenta, que el comerciante Anton Fugger (el que fue el comerciante más rico de la historia) en 1555 quemó los pagarés  de Carlos I en la chimenea, donde ardían ramas de canela.

Los portugueses fueron los primeros en tener el monopolio del comercio de la canela, formando un gobierno de terror en el país de precedencia de la canela, Ceilan, hoy Sri Lanca. Después vinieron los holandeses, que no se comportaron mejor que los portugueses con la gente de Ceilan. Los holandeses incluso destrozaron las plantaciones de árboles de canela en Indonesia, para poder así mantener el precio más alto. Por auqel entonces Holanda junto con India del Este, que controlaban ya el mercado de nuez moscada y clavos, llevaron a cabo las sangrientas “Guerras de Canela” contra Portugal y Ceilan. En 1796, Ceilan fue conquistada por los ingleses y así Londres se convirtió en el mercado internacional para la canela. Los ingleses continuaron con el monopolio cruel como sus antecesores. En 1853 se quitaron los impuestos de exportación, pero no por hacerle un favor al pueblo, sino por que los holandeses habían conseguido nuevas plantaciones con enormes cosechas de canela en Indonesia. Ahí fue donde la canela comenzó a hacerse adquisible para la gente común y empezó a entrar en las cocinas familiares.

La canela es usada también hoy en día en la producción de perfumes y jabones, así como para la elaboración de licores y digestivos. También es usada en la medicina en preparados para estimular el apetito o para ayudar a la digestión.

La canela es una especia que se saca de la corteza seca del árbol de la canela. Se usa la parte interior y fina de la corteza, que se forma en rollito tan pronto como es separada de la madera. Se necesitan de 6 a 10 capas de corteza finísima, que serán juntadas a mano formando un rollito y que serán dejadas a secar. Cuanto más fina la corteza, mejor será el aroma de la canela.

Existe una medida de calidad para la canela de Ceilan llamada Ekelle. La mejor canela se describe con los números (Ekelles) 00000, cuando baja la calidad los Ekelles llegan a 0 y pueden seguir bajando a Ekelle I hasta Ekelle IV.

La canela importada para Europa, es conocida como canela de calidad “Hamburgo” y se refiere a la peor calidad existente; suele ser canela molida y no se diferencia de la canela (molida) de otros tipos en el sabor.

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En el mercado de especias se diferencia entre canela de Ceilan y la canela (algo más picante) de China (canela Cassia).

La canela china es de calidad inferior a la de Ceilan y se ve en la formación de los rollitos: la china es de una lámina más gruesa y la ceilanesa está formada por muchas láminas finas (su interior se parece al interior de un cigarro).

En la canela china (o Cassia) se encuentran también dosis muy altas de cumarina, que es una substancia peligrosa para la salud si es consumida en dosis muy altas. Mientras que en la canela ceilanesa se encuentran 0,02 gr. de cumarina por kilo, en la china son ya 2 gr. por kilo. En productos prefabricados se encuentra casi siempre canela cassia. Hay en día este tipo de canela no viene sólo de China, sino que también de Indonesia y Vietnam.

La cumarina puede ser dañina para los niños o personas con problemas al hígado, si se consume a diario en cantidades grandes. Puede producir dolores de cabeza, daños al hígado y parece ser que incluso cáncer. Todavía se están haciendo estudios sobre este tema; hasta ahora no se hicieron estudios sobre humanos, sólo con animales. El Instituo de protección de la salud de Alemania avisa de que más de 6 galletas de canela, pueden ser dañinas para niños pequeños (de peso inferior a 15 kilos). Para uso doméstico se recomienda usar la canela ceilanesa. En muchos productos con canela no viene especificado el tipo de canela que es. El modo seguro de saber qué tipo de canela tenemos delante es mirando la formación del rollito de la canela en rama.

El Instituto de protección de la salud de Alemania critica fuertemente a la industria alimentaria por usar la canela Cassia (mucho más barata). La industria alimentaria argumenta que si es usada este tipo de canela, es por que tiene más sabor  y que en el proceso de producción no hay tanta pérdida de aroma y además que no es posible usar la canela ceilanesa en estas cantidades, ya que la producción es mucho más inferior a la de la canela Cassia.

Como planta medicinal es usada la parte exterior de la corteza (ramas y raíces) de las plantas de 1 a 2 años. Muchas de las indicaciones curativas de los tiempos antiguos se han ido deshechando. Hoy se usa como estimulante del apetito o de la digestión, también ayuda contra los dolores de la menstruación. No se debería de usar en dosis terapeuticas durante el embarazo o cuando se sufre de enfermedades en el estómago o en el intestino.

 

 

Fuentes de información: Wikipedia y Ernesto Pauli

 

Caponata siciliana

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Ahora que estamos en temporada de berenjenas, tomates y calabacines, que mejor plato que la caponata siciliana. Como todo plato típico regional, también este tiene muchas variaciones. Lo que no debe faltar son las berenjenas, las cebollas, las almendras o piñones y el vinagre. Se come caliente o frío, como entrante con un poco de pan o acompañando carne, pescado, arroz o pasta. Yo la hice el domingo pasado para acompañar un churrasco y patatas gratinadas. Y nos chupamos los dedos…

 

Y esta es la receta para 4 – 6 personas:

2 berenjenas

2 ramas de apio, pelados y sin esos hilos duros que tanto molestan

2 calabacines

1 pimiento morrón

200 gr. de tomates pelados y sin semillas

1 cebolla picada fina

60 gr. aprox. de aceitunas deshuesadas (verdes o negras) cortadas en rodajitas

50 gr. aprox. de alcaparras (no saladas)

40 gr. aprox. de almendras peladas y picadas en trocitos o piñones

1 pera (o manzana) cortada en cuadraditos

½ dl. de vinagre de vino blanco

50 gr. de azúcar

Canela y clavo en polvo

Sal

Aceite de oliva

Para la decoración dos huevos duros en rodajas.

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Cortar las berenjenas en cuadraditos y ponerlas en un bol con varias cucharadas de agua y un poquito de sal. Dejarlas estar durante una media hora. Esto se hace para que pierdan el amargor y como además la berenjena es un poco como una esponja, se ponen en agua para que después al sofreirlas no se encharquen de aceite.

Mientras tanto cortar en cuadraditos y disponer en recipientes separados el apio, los calabacines, el pimiento morrón y los tomates.

Escurrir bien el agua de las berenjenas, pasarlas por agua limpia y secarlas con papel de cocina.

Dorar ligeramente las berenjenas en una sartén antiadherente con aceite de oliva abundante (el aceite debe de cubrir el fondo de la sartén). Cuando estén algo doraditas se disponen en un plato sobre papel de cocina para que no lleven demasiado aceite.

En la misma sartén y con el mismo ceite de antes (si hiciera falta se puede anãdir otro poquito) se doran el apio y los calabacines. Cuando los calabacines estén un poco dorados, se pasan a un plato con papel de cocina.

En la misma sartén (quizás hace falta añadir un poco de aceite) se pochan las cebollas y se le añaden los pimientos y los tomates, después de 5 minutos más o menos, se añaden las aceitunas, las alcaparras, las almendras o piñones, la pera o manzana, el vinagre y el azúcar. Dejar cocer a fuego lento durante 15 – 20 minutos (las verduras no deberín ponerse demasiado blandas, tiene que estar un poquito “al dente”).

Aromatizar con la canela y los clavos, salar, anãdir las berenjenas, los calabacines y el apio; revolver y dejar pochar a temperatura baja otros 5 minutos.

Servir en una fuente y decorar con las rodajas de huevo duro.

 

Buon appetito!

Cake de zanahorias „para Mónica“

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350gr. de harina

1 sobre de levadura en polvo   

Mezclar y pasar por tamiz

300 gr. de azúcar

2 cucharaditas de canela molida

½ cucharadita de cardamomo molido

2 pellizcos de clavo molido

1 pellizco de sal    

añadir a la mezcla y revolver

 

250 gr. de zanahorias, ralladas muy finas  

1 limón, rallado y su zumo

añadir al resto y mezclar

 

250 gr. de almendras molidas   

mezclarlas con todo lo anterior

 

4 huevos, batidos

200 gr. de mantequilla, derretida y enfriada

añadir a la mezcla y revolver muy bien con la batidora eléctrica.

Verter la masa en un molde rectángular de unos 30 cm. de largo, huntado con mantequilla y espolvoreado con harina. Meter en el raíl más bajo del horno precalentado a 180° durante 65 minutos. Después de 50 minutos, clavarle aproximadamente 10-15 zanahorias de mazapán y volverlo al horno los 15 minutos que le faltan.

Sacado del horno y al haber enfriado un poco, darle con un pincel una capa fina de mermelada de albaricoque (anteriormente pasada por un colador, para obtener una consistencia lisa y fina).